Cuando un niño es diagnosticado con TDAH, la preocupación que se genera no sólo afecta al niño o a sus padres sino a todas las personas que lo rodean, los hermanos, abuelos, tíos y amigos.
Al comienzo, para los padres puede resultar algo muy fuerte, pero conforme pasa el tiempo van buscando la manera de ayudar y tratar a sus hijos.
Puede que en ese transcurso, no se dé una buena relación familiar. El comportamiento impulsivo y energético del menor produce incomodidad, desesperación y estrés en los demás.
¿Cómo actuar para crear un buen ambiente familiar?
– En primer lugar, deben conocerlo bien, saber cuáles son sus principales intereses y gustos para tener una ventaja. Así mismo, conocer sus reacciones para saber comportarnos según sus inquietudes o necesidad y no actuar según nuestras emociones.
– Es importante que ellos tengan un programa de rutinas ya establecidas, es decir una estructura de actividades diarias para que conozcan anticipadamente lo que realizarán en el transcurso del día.
– Mantener una constante comunicación con el profesor de tu hijo, debido a que ellos son tus ojos cuando el niño se encuentra en el colegio. Compartan algunas normas y reglas para que el niño crezca con una disciplina sólida.
– Evitar los castigos ya sea físicos o verbales ya que ellos se comportan así, no por voluntad propia, sino porque les dificulta controlarse. En vez de ello, ayúdalos y enséñales a manejar sus emociones.
– Muéstrale cómo ser organizado y ordenado en cada actividad que realice, para que administre su tiempo con comodidad y evite situaciones incómodas en la familia.